Consumo Responsable y las Fiestas Decembrinas
¡Ya es fin de año!!! la época del año para compartir con la familia, meditar sobre los logros y las bendiciones recibidas y revisar nuestras prioridades para el siguiente año. Un excelente tiempo para reflexionar. Sin embargo, también es la época del año en la que se genera un excesivo consumo porque el fin de año, es el momento perfecto para dar y recibir. Desde mediados de agosto, comenzaron a aparecer los primeros indicios de Halloween y navidad en los centros comerciales, así que la temporada es de 4-5 meses. En octubre comienzan a apartarse fechas para las posadas; en noviembre ya tenemos lista la cartita para Santa Clos; diciembre es un mes de posadas, fiestas, reuniones familiares y mucha comida y Enero el mes de los propósitos y buenos deseos.
Comercialmente hablando, el fin de año, es una gran oportunidad para promover e incrementar las ventas a través de herramientas como el buen fin, acción de gracias, la cybersemana, ventas nocturnas, navidad, fin de año, día de reyes, monederos, puntos, meses sin intereses y grandes descuentos. ¡Así que compramos, compramos y compramos! Pero pocas veces recordamos que el verdadero costo de un producto no solo está definido por su precio de compra, sino por todo el costo generado a través de su cadena de suministro hasta su disposición final, estos costos pueden ser económicos, ambientales o sociales. Si nos dejamos llevar por la mercadotecnia que implican las fechas navideñas, terminamos con deudas y con productos que probablemente no necesitamos. Es importante que seamos consumidores educados y conscientes sobre el impacto de nuestras decisiones.
¿Sabes dónde termina el celular que cambias cada que tu plan lo permite? ¿o las pilas del juguete nuevo? ¿o las 24 botellas de plástico de agua que compartirás en la posada? ¿o las envolturas de los regalos que darás a tus amigos y familiares? La basura electrónica y la basura plástica son un serio problema para nuestro planeta, la obsolescencia programada, nos hace que adquiramos un equipo nuevo cada vez que sale una nueva versión, aun cuando el anterior todavía está en buenas condiciones y funcionamiento. La basura plástica tiene nuestros océanos secuestrados afectando seriamente a la fauna marina, así como acidificando nuestros mares.
¿Conoces qué hay detrás de la extracción de aceite de palma?, el aceite vegetal más económico y más utilizado por la industria alimenticia, se encuentra en casi todas las comidas industrializadas y en la mayoría de la repostería y chocolates comerciales que se consumirán en grandes cantidades esta navidad. La gran demanda de este solo ingrediente, está causando un desastre ambiental en países como Indonesia y Malasia, poniendo en riesgo de extinción a especies de flora y fauna endémicas. Estas selvas y bosques tropicales vírgenes son parte de los pulmones de la tierra, cuentan con una gran diversidad de especies y son destruidas a gran velocidad para dar lugar a los campos de cultivo de palma. Países en Latinoamérica y África que tienen bosque tropical, también viven este serio problema. Estos monoplantíos, que han sustituido la diversidad de la selva tropical, favorecen además la contaminación del aire y el cambio climático. Esto lo saben los grandes corporativos, y aun así continúan utilizando este ingrediente, alguien no está haciendo bien su trabajo. Sin embargo, cada vez más consumidores conscientes levantan la voz para dar a conocer esta información y en algunos casos, se ha logrado que estas multinacionales cambien sus ingredientes o políticas de compra.
Detrás de cada empresa que apoyamos al comprar sus productos, existen muchas historias: el origen de sus productos, sus métodos de producción, el impacto humano y ambiental de su producción, el pago y trato justo a sus trabajadores, el cuidado de la flora y la fauna, formar parte de una comunidad, la forma en la que el producto se desecha y/o se degrada, el impacto de sus productos o servicios en la salud de sus clientes. En mi caso trato que cuando apoyo con mi dinero a una empresa, sea consciente sobre su impacto social y ambiental. No se trata de etiquetar si no de apoyar lo que se hace bien. Así que prefiero productos y servicios de pequeñas y medianas empresas que actúan con ética y son responsables, que cuidan del medio ambiente, de sus clientes y aseguran ser redituables a pesar de no tomar el camino corto en sus procesos de producción. Por ejemplo, para mi consumir alimentos orgánicos no se trata de estatus o poder adquisitivo, sino de comer limpio, evitar que mi comida genere contaminación del subsuelo con agroquímicos y apoyar a los agricultores que están haciendo las cosas en pro de un negocio con un impacto positivo. De esta manera apoyo el que haya más oferta de lo que yo quiero consumir.
Existe el termino de consumo responsable. El consumo responsable es el que lleva a un individuo a tomar decisiones de compra bien informadas sobre el impacto a la comunidad, medio ambiente y salud. Consumidores conscientes interesados en conocer más allá de lo que aparenta, cuestionamos prácticas incorrectas y favorecemos con nuestra compra a empresas conscientes que comparten nuestro punto de vista en relación a un comercio justo, ambiental y social.
La globalización nos ha llevado a que la mayoría de los productos que consumimos sea producido en lugares muy lejanos (aprovechando la ventaja competitiva que ofrecen unos países sobre otros: bajo costo de mano de obra, incentivos en impuestos, cercanía a la fuente de materias primas, etc), lo cual no está mal desde el punto de vista económico, pero desde el punto de vista ecológico, esto incrementa considerablemente la emisión de gases de efecto invernadero, ya que el producto tiene que recorrer una larga distancia para ser transportado, almacenado, distribuido, comercializado, etc. Si tienes dos productos que te ofrecen lo mismo, siempre prefiere productos locales o que fueron elaborados cerca de donde vives.
El sobreconsumo no solo genera que tengamos cosas que probablemente no necesitamos, sino que se promueve la sobre explotación de los recursos no renovables y la contaminación ambiental. En los últimos 60 años hemos generado más basura que la que se generó desde que el primer ser humano pisó tierra ¡El cambio climático es algo real y nos afecta a todos!!!
Te invito a te conviertas en un consumidor responsable y que, en estas fechas navideñas, antes de que compres algo reflexiones y te hagas las siguientes preguntas para tomar una decisión consciente: ¿Lo necesito? ¿Tengo algo en casa que cumple la misma función? ¿De qué materiales está hecho? ¿Dónde fue producido? ¿Lo necesito? ¿Quién lo fabrica? ¿Cuáles son los ingredientes? ¿cómo es el proceso de producción? ¿El origen de algunos ingredientes? ¿cómo está empacado? ¿Lo necesito? ¿Le hace bien a mi cuerpo, a mi espacio, a mi vida?
Articulo originalmente escrito en colaboraciòn con la edición DICIEMBRE 2016 de la revisa @Habitos